Abajuela circular por Torrijas, falda del Javalambre y el Paraíso

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e-MTB por las faldas de Javalambre

La sierra de Javalambre, al sur de la provincia de Teruel, forma un macizo montañoso de alto valor ecológico y paisajista. Nos aproximamos a sus faldas para darnos una idea de su majestuosidad y disfrutar de la belleza natural de su ecosistema.

Ficha técnica con enlace de descarga del track y descripción de la ruta.

Cómo descargar la ruta en el navegador 

e destino para Google Maps: Abejuela (Teruel)

La ladera valenciana del pico Javalambre

Partiendo de la pequeña aldea de la Abejuela, cerca de Higueruelas y la Yesa, vamos a descubrir un entorno natural impresionante en una ruta circular pensada para hacerla con bici de montaña asistida.

Poco antes de llegar, un cartel nos da la bienvenida a la comarca Gúdar/Javalambre y el paisaje se vuelve más montañoso y agreste. Subimos por el valle de Santa Margarita, con sus bosques mediterráneos vírgenes. Luego recorreremos un tramo por una altiplanicie agrícola, muy abierta y llana, con el pico de Javalambre en el horizonte que se ve imponente con sus más de 2.000 m de altura.

No vamos llegar tan alto, pero nos aproximamos a sus faldas para darnos una idea de su majestuosidad y belleza. Al otro lado del río Olmos, un paredón despunta majestuoso en forma de láminas y pináculos de roca en unas vistosas formaciones geológicas. Estos monumentos naturales nos van a acompañar un buen tramo, mejorando la espectacularidad de esta propuesta.

Luego, disfrutaremos del merecido descanso en el balneario del Paraíso, que nos acoge con su sabor vintage, antes de iniciar el camino de regreso a la Abejuela.

Descripción del itinerario

Buscando el Paraíso con eBike

Iniciamos nuestro itinerario subiendo por el valle de Santa Margarita. La vegetación es de bosque mediterráneo con pinos, encinas, enebros y sabinas.

Una estrecha carretera de asfalto desgastado asciende por un cerrado valle entre montañas. Sigue siendo tan bonito como lo recordaba y bastante durillo este primer tramo de ascensión. Poco antes de llegar a la parte más alta, tomamos un desvío y, después de superar el collado, se abre un extenso valle agrícola con grandes extensiones de cereal y algún que otro árbol monumental que se ha salvado de la tala.

Vamos en dirección al Javalambre, un pico de más de 2.000 m de altura, que distinguiremos fácilmente por su blanca bola de radar en la cima. Si vamos en temporada de esquí, aunque la cima no esté nevada, si veremos al menos algo de nieve de las pistas de la estación alimentadas con nieve artificial.

En esta llanura, cerca de la ermita de Sta Rita, el camino deja de ser asfaltado y se convierte en una pista ancha y cómoda. Nos vamos acercando a Javalambre, cada vez lo vemos más cerca, pero un profundo barranco se interpone en el camino y tenemos que descender.

Bajaremos hasta el fondo del valle por el que pasa la carretera entre Torrijas y Arcos de las Salinas, y la tomamos durante un pequeño tramo antes de desviarnos hacia el imponente Javalambre.

Las faldas del Javalambre.

Una pista forestal bien cuidada va ascendiendo por la ladera del macizo. Rodamos suavemente por un valle al principio, y después subimos más decididamente por las faldas de la montaña, alejándonos de la cumbre que siempre hemos tenido en el punto de mira. Salvamos un collado y vemos que la pista hace un requiebro para seguir subiendo en dirección opuesta. Podríamos seguir ascendiendo pero eso haría de nuestra ruta un imposible de longitud y desnivel. Tenemos que renunciar por el momento, ya volveremos otro día para hacer una ascensión más específica al pico Javalambre. Ahora toca volver al punto de partida dónde dejamos los coches.

Iniciamos la bajada por la pista que va a Manzanera y se une en este punto con la que viene de Torrijas. Entramos en el valle de las fuentes y pronto descubrimos el porqué de su nombre. La fuente de la Teja y su arroyuelo nos refrescan de los cansancios de la subida y del tramo de excitante bajada.

Sin desviarnos, la pista se vuelve carretera cuando llega a la aldea de los Olmos. Es una carretera desértica que desciende por el valle casi en línea recta. Parece que se van a hacer monótonos los diez kilómetros que quedan a Manzanera. De eso nada, no hay ni un tramo aburrido en esta bici-ruta. Para entretenernos, al otro lado del río Olmos, un paredón despunta majestuoso en forma de láminas y pináculos de roca en unas vistosas formaciones geológicas. Estos monumentos naturales nos van a acompañar un buen tramo, mejorando la espectacularidad de esta propuesta.

Balneario del Paraíso

Llegamos a la carretera principal que viene de Manzanera y va en dirección a Torrijas. Un tramo corto y nos desviamos hacia el riachuelo. Al principio es una pista fluvial junto al río Torrijas que luego se vuelve sendero poco antes de llegar al balneario del Paraíso. Este tramo de sendero vale por toda una ruta.

El vetusto balneario recuerda días en el que el turismo de salud era solo para ricos. Hoy en día, el balneario sigue funcionando y ofreciendo los beneficios de sus aguas curativas. Aunque el menú sale un poco más caro que en un bar de carretera, merece la pena parar aquí y disfrutar de su restaurante. Según los que seáis, hay que reservar porque la cocina está pensada para atender solo a los que se alojan en el hotel. Descansad y visitad el entorno, merece la pena, es un bálsamo antes de continuar.

Una vez bien descansados y repuestos, iniciamos la vuelta a la Abejuela por el valle del río Paraísos, otro profundo valle entre montañas. El bosque que nos envuelve es tan precioso que no molesta nada la lentitud con la que el desnivel nos obliga a acometer esta última ascensión.

De vuelta a la Abejuela.

Vamos por una estrecha carretera cuyo asfalto se pierde a veces devorado por la erosión. Son unos veinte kilómetros en los que pedaleamos extasiados por una belleza natural que justifica el nombre del valle. En la parte más alta, justo antes del último descenso, encontramos la ermita de Santa Margarita y cerca de allí, un punto de observación astronómica con carteles orientativos sobre las constelaciones. Como es de día no hay mucho que ver salvo la grandiosidad del paisaje.

Un buen tramo de bajada, justo el mismo que hemos ascendido al empezar la ruta por el valle de Santa Margarita, nos devuelve al punto de partida después de un viaje inolvidable por las laderas orientales de la sierra Gudar/Javalambre.

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