e-MTB por las faldas de Javalambre
La sierra de Javalambre, al sur de la provincia de Teruel, forma un macizo montañoso de alto valor ecológico y paisajista. Nos aproximamos a sus faldas para darnos una idea de su majestuosidad y disfrutar de la belleza natural de su ecosistema.
Ficha técnica con enlace de descarga del track y descripción de la ruta.

Cómo descargar la ruta en el navegador
Coordenadas del punto de inicio / final para el navegador del coche: 39.909860, -0.890665
Enlace directo de destino para Google Maps: Abejuela (Teruel)
Ida y vuelta al Paraíso con bici asistida
Esta bici-ruta circular, pensada para hacerla con e-Bike, parte de la pequeña aldea de Abejuela, cerca de Higueruelas y la Yesa. Poco antes de llegar, un cartel nos da la bienvenida a la comarca Gúdar/Javalambre y el paisaje se vuelve más montañoso y agreste.
Iniciamos nuestro itinerario subiendo el valle de Santa Margarita por una estrecha carretera. La vegetación es de bosque mediterráneo con pinos, encinas, enebros y sabinas. Justo antes de llegar al collado, nos desviamos en dirección a Torrijas por una camino que a los pocos kilómetros deja de estar asfaltado.
Vamos a ir un tramo por una altiplanicie agrícola, muy abierta y llana, con el pico de Javalambre en el horizonte que se ve imponente con sus más de 2.000 m de altura. No vamos llegar tan alto pero nos aproximamos a sus faldas para darnos una idea de su majestuosidad y belleza.

El camino desciende hasta el fondo de un barranco antes de iniciar la ascensión a Javalambre. El ascenso hasta la cima es espectacular por las vistas sobre el valle, y supongo que bastante duro. No vamos a llegar tan lejos. Después de hacernos una idea del entorno, nos desviamos por el barranco de las Fuentes en dirección a Manzanera.
Esta excitante y prolongada bajada por pista se vuelve carretera local a la altura de las aldeas de los Olmos y las Alhambras. Aquí, en el valle del río Olmos, unas peculiares formaciones rocosas con impresionantes cuchillares y pináculos dotan al camino de un interés paisajista singular. Estas formaciones rocosas, cinceladas durante años por el río Olmos, nos acompañan hasta enlazar con la carretera de Ayora cerca de Manzanera.
Tomamos la carretera principal en dirección a Torrijas para salir pronto de ella y bajar al río. Un tramo de la ruta fluvial del río Torrijas nos llevará al valle Paraíso.
El Balneario del Paraíso nos acoge con su sabor vintage antes de iniciar el camino de vuelta a Abejuela. Saldremos por una estrecha carretera que recorre unos valles de impresionante belleza natural. Poco antes de descender hasta el punto de partida, nos desviamos a visitar la ermita de Santa Margarita.
Detalles del trazado.

El Valle de Santa Margarita.
Una estrecha carretera de asfalto desgastado asciende por un cerrado valle entre montañas. Me resulta curioso que cuando recorrí este camino por primera vez ni siquiera estaba asfaltado y, ahora, el asfalto se ve envejecido por el paso de los años.
Pero sigue siendo tan bonito como lo recordaba y bastante durillo este primer tramo de ascensión. Suerte que me ayuda la asistencia eléctrica y puedo extasiarme disfrutando del bosque.

Poco antes de llegar arriba, tomamos un desvío en dirección a Torrijas, uno de los pueblos de la sierra. Después de superar un collado, se abre un extenso valle agrícola con grandes extensiones de cereal y algún que otro árbol monumental que se ha salvado de la tala.
Ascenso a Javalambre
Vamos en dirección al Javalambre, un pico de más de 2.000 m de altura, que distinguiremos fácilmente por su blanca bola de radar en la cima. Si vamos en temporada de esquí, aunque la cima no esté nevada, si veremos al menos algo de nieve de las pistas de la estación alimentadas con nieve artificial.

En esta llanura, el camino deja de ser asfaltado cerca de la ermita de Sta Rita y se convierte en una pista ancha y cómoda. Nos vamos acercando a Javalambre, cada vez lo vemos más cerca, pero un profundo barranco se interpone en el camino y tenemos que descender.

Bajaremos hasta el fondo del valle por el que pasa la carretera entre Torrijas y Arcos de las Salinas, y la tomamos durante un pequeño tramo antes de desviarnos hacia el imponente Javalambre.
Las faldas del Javalambre.
Una pista forestal bien cuidada va ascendiendo por la ladera del macizo. Rodamos suavemente por un valle al principio, y después subimos más decididamente por las faldas de la montaña, alejándonos de la cumbre que siempre hemos tenido en el punto de mira. Salvamos un collado y vemos que la pista hace un requiebro para seguir subiendo en dirección opuesta. Podríamos seguir ascendiendo pero eso haría de nuestra ruta un imposible de longitud y desnivel. Tenemos que renunciar por el momento, ya volveremos otro día para hacer una ascensión más específica al pico Javalambre. Ahora toca volver al punto de partida dónde dejamos los coches.
Iniciamos la bajada por la pista que va a Manzanera y se une en este punto con la que viene de Torrijas. Entramos en el valle de las fuentes y pronto descubrimos el porqué de su nombre. La fuente de la Teja y su arroyuelo, justo al lado del camino, nos refrescan de los cansancios de la subida y del tramo de excitante bajada.
Sin desviarnos, la pista se vuelve carretera cuando llega a la aldea de los Olmos. Es una carretera desértica que desciende por el valle casi en linea recta y parece que se van a hacer monótonos los diez kilometros que quedan a Manzanera. De eso nada, no hay ni un tramo aburrido en esta bici-ruta. Para entretenernos, al otro lado del río Olmos, un paretón despunta majestuoso en forma de láminas y pináculos de roca en unas vistosas formaciones geológicas. Estos monumentos naturales nos van a acompañar un buen tramo, mejorando la espectacularidad de esta propuesta.

El camino fluvial del Torrijas y el valle Paraísos.
Durante la grabación del trak voy hambriento y cansado por la carretera que lleva a Torrijas. Mi idea es buscar un sitio para comer que recuerdo en la aldea de los Cerezos. No llevo ni un kilómetro de carretera cuando diviso un sendero fluvial al borde del río. Doy la vuelta porque no quiero perdérmelo y vuelvo sobre mis pasos hasta que encuentro una bajada. No cometáis el mismo error que yo, bajad cuanto antes y seguid este camino natural hasta el Balneario del Paraíso, no os arrepentiréis.

Al principio es una pista fluvial junto al río Torrijas que luego se vuelve sendero poco antes de llegar al balneario del Paraíso.
Balneario del Paraíso
El vetusto balneario recuerda días en el que el turismo de salud era solo para ricos. Hoy en día, el balneario sigue funcionando y ofreciendo los beneficios de sus aguas curativas. Aunque el menú sale un poco más caro que en un bar de carretera, merece la pena parar aquí y disfrutar de su restaurante. Segun los que seáis hay que reservar porque la cocina está pensada para atender a los que se alojan en el hotel. Descansar y visitar el entorno es un bálsamo antes de continuar.

Una vez bien descansados y repuestos, iniciamos la vuelta a la Abejuela por el valle del río Paraísos, otro profundo valle entre montañas. El bosque que nos envuelve es tan precioso que no molesta nada la lentitud con la que el desnivel nos obliga a acometer esta última ascensión.
De vuelta a la Abejuela.
Vamos por una estrecha carretera cuyo asfalto se pierde a veces devorado por la erosión. Son unos veinte kilómetros en los que pedaleamos extasiados por una belleza natural que justifica el nombre del valle. En la parte más alta, justo antes del último descenso, encontramos la ermita de Santa Margarita y cerca de allí hay un punto de observación astronómica con carteles orientativos sobre las constelaciones. Como es de día no hay mucho que ver salvo la grandiosidad del paisaje.
Un buen tramo de bajada, justo el mismo que hemos ascendido al empezar la ruta por el valle de Santa Margarita, nos devuelve al punto de partida después de un viaje inolvidable por las laderas orientales de la sierra Gudar/Javalambre.
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