En bici entre viñedos y pinos.
Vamos a recorrer los viñedos de Utiel/Requena hasta la gran subida a la sierra de las Moratillas. Desde lo alto nos dejaremos llevar hasta Buñol bajando por una preciosa y revirada carretera de montaña.
Ficha técnica con enlace de descarga del track y descripción de la ruta.

Cómo descargar la ruta en el navegador
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Una ruta en bici con sabor a vino y aires de montaña.
La comarca Utiel/Requena es famosa por sus vinos, cada vez más apreciados por los expertos. Es, por tanto, una llanura ondulada plagada de vid. Es interesante por lo cambiante que es el paisaje a lo largo del año: desde las cepas peladas en invierno hasta los matices rojizos del otoño y el verde radiante del verano.
Esta bici-ruta recorre la comarca paralela al río Magro, para adentrarse después en la exuberante pinada de la sierra de las cabrillas y regalarnos la vista con su profundo valle. Cuando empezamos a subir, a la altura de la fuente de la Canaleja, ya llevamos 36 Km de ruta que hemos hecho casi sin esforzarnos. Aquí nos separamos del Magro y lo dejamos para que recorra apacible sus meandros.
La subida al alto de Tabarla es un pequeño aperitivo para lo que nos espera después: La subida al Alto de las Moratillas con algo más de 300 m de desnivel acumulado en 8 Km. Hay que tomarlo con calma, que nos estamos ganando el cielo de una bajada larga y sedosa.
Desde el collado de Umán, una carreterita sorprendentemente muy bien asfaltada y tranquila nos deja casi en Buñol. Solo queda subir las calles de Buñol hasta la estación. Un último kilómetro que se hace pesado porque ya llevamos casi 70 Km de ruta.
Detalles del trazado.

Utiel, Requena y el valle del río Magro
Llegamos a Utiel en tren, lo que nos permite hacer la etapa lineal hasta Buñol. Tomamos si nos apetece un café en el bar que hay enfrente y empezamos la ruta. Bajamos por las calles de Utiel hasta cruzar la A3 por debajo y tomar el desvío de una antigua carretera paralela a la autopista. Esta carretera nos lleva al Pontón, una aldea de Requena, pasando por Roma. No voy a hacer ningún chiste con el nombre de esta pequeña aldea situada en el centro vitivinícola de la comarca Requena/Utiel.
Estamos rodeados de viñedos y nos encontramos al paso algunas bodegas. Son caserones antiguos bien conservados aunque, en ocasiones, las modernas instalaciones de depósitos metálicos brillantes afean un poco el entorno.

En el Pontón es casi obligado parar a almorzar. Faltan 50 kilómetros para el próximo bar. La ruta nos lleva al bar la Brasa (962 303 408), dónde tienen siempre preparada la parrilla para hacernos una de las delicias típicas de la zona: El embutido.
Una vez hemos repuesto fuerzas seguimos por un camino de tierra ancho con vistas de la ciudad de Requena situada al otro lado del valle del rió Magro. Unos montes repletos de pinos nos cortan el tranquilo y suave camino y nos obliga a desviamos a derecha por una carretera comarcal. Remontamos un pequeño collado y bajamos a una llanura agrícola cuya capital es el pueblo de la Portera. No vamos a llegar al pueblo. Poco antes de desembocar en la carretera general nos desviamos por caminos de tierra hasta que enlazamos la carretera comarcal que va entre La Portera y Yatova.
Pasamos una pequeña aldea llamada Hortunas y seguimos por esta tranquila carreterita unos 12 Km. Es un tramo precioso con vistas al valle del Magro y las montañas al fondo. Esas montañas que vemos son el verdadero reto de esta ruta que hasta ahora ha discurrido casi sin esfuerzo. Sin esfuerzo si la hacemos con viento de Poniente, tenedlo en cuenta.
El alto de las Moratillas.
El primer aperitivo viene cuando nos desviamos del magro y tenemos que subir el Alto de Tabarla, unos cien metros de desnivel. Luego bajada refrescante entre pinos hasta cruzar el barranco de Quisal. Si es verano y hay agua podemos darnos un baño.

Aquí empieza la subida al Alto de las Moratillas. Primero por pista asfaltada hasta una pequeña aldea que se llama Mijares, luego pista de tierra ancha y en buen estado. Nos esperan 300 m de desnivel con una pendiente sostenida de entre el 5 y el 8%. Aquí es donde se agradece llevar una e-bike o tener 30 años menos. Llegaremos al aula de naturaleza de las Moratillas, un inmenso caserón actualmente en ruinas. No ha terminado la subida pero desde aquí ya suaviza bastante.

Aprovechamos el área de recreo para descansar porque lo hemos merecido. El entorno natural es idílico pero vaya tela lo que ha costado llegar.

Un poco más de sube y baja hasta llegar al collado de Umán. Aquí parte una carretera estrecha pero muy bien asfaltada. El trazado es serpenteante y en bajada, salvo algún repecho corto. Una verdadera delicia para los sentidos por lo bonito del paisaje y del trazado. Desembocamos en la carretera que une Yatova con Buñol. Es la parte alta de este lado del río Juanes, así que nos queda hasta Buñol una bajada vertiginosa en la que se alcanzan con facilidad los 60 por hora.
Entramos en Buñol por abajo, por la carretera que viene de Alborache. El problema es que la estación está en la parte alta de Buñol y nos queda un kilómetro de subida fuerte, inevitablemente por carretera plagada de coches.
Después de casi 70 kilometros y un desnivel acumulado nada despreciable tomamos el tren en Buñol para volver a Valencia.
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