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En bici desde Alto Palancia al Camp del Turia
La Sierra Calderona separa las cuencas del Palancia y el Turia. Para cruzar del uno al otro valle propongo esta bici-ruta por el Camí la Murta y la periferia del Parque Natural.
Ficha técnica con enlace de descarga del track y descripción de la ruta.
Un acceso a la plana de Valencia entre montañas.
El recorrido empieza en la estación de Jérica, una preciosa localidad del Alto Palancia. Vamos a investigar sus retorcidas callejas hasta la base de su singular y reconocible campanario, mitad moro y mitad cristiano.
Salimos a buscar la V.V. de Ojos Negros en dirección a Navajas y la seguimos hasta poco antes de llegar a Altura. Tomaremos un camino secundario que nos evita un buen trozo de la carretera que va de Altura a la Cova Santa y Alcublas.
El «Camí de la Murta» empieza a ganar altura siguiendo la rambla del Uñoz. Superado el frondoso valle del Uñoz, el camino continúa entre altas montañas. Un terreno serrano en el que los árboles han desaparecido devorados por devastadores incendios. No obstante, la naturaleza, obstinada, está empezando a brotar de nuevo. Es un espectáculo divisar toda la plana del Camp del Turia a nuestros pies, con la ciudad de Valencia y el mar al fondo.
Llegados al llano agrícola, enlazamos diferentes caminos, primero de tierra y luego asfaltados, hasta a Llíria. Antes de ir a coger el metro de vuelta, terminaremos nuestra ruta con un interesante recorrido urbano.
Descripción del itinerario
Conectando en bici los valles del Palancia y el Turia
Esta bici-ruta empieza en la estación de Jérica. El primer punto que capta nuestro interés es este precioso pueblo que parece un pastel de cumpleaños, con su campanario a modo de vela. Además de sus callejas enrevesadas que van ascendiendo por la ladera, Jérica destaca por su majestuosa torre-campanario. Es de planta octogonal en su base. Posteriormente, en el siglo XVII, se le añadió un campanario de estilo mudéjar-plateresco. Lo curioso es que su iglesia parroquial, que también visitaremos, está situada a mucha distancia en la parte baja del pueblo.
Dejamos Jérica y vamos a buscar la antigua plataforma del ferrocarril de Ojos Negros. Pasaremos cerca de la presa del Regajo, inaugurada en 1959, que regula el curso del Palancia aguas arriba de Navajas.
Abandonamos la V.V. de Ojos Negros después de cruzar la autopista por debajo y antes de llegar a la localidad de Altura. He tomado un camino lateral para evitar la carretera que va desde Altura a Alcublas. No es que tenga mucho tráfico pero, pudiéndose evitar se evita. Tenemos que pasar un pequeño collado y superar unas rampas, pero la carretera también sube para después bajar.
Después de unos pocos metros por la carretera, tomamos enseguida el «Camí de la Murta». Este camino sigue la rambla del río Uñoz, afluente del Palancia. Va adentrándose poco a poco en las montañas. El paisaje va ganando en belleza y a media subida encontramos el paraje de los «Pocicos de Mena», que tiene una pequeña área de descanso.
Seguimos subiendo por una rambla enmarcada entre paredes escarpadas donde se practica la escalada. Poco a poco el valle se abre y llegamos al collado.
Las afueras de la Calderona.
Iniciamos el descenso hasta que la carretera por la que circulamos se convierte en camino de tierra. Es una pista ancha de nueva construcción y en buen estado. El monte aquí se ve devastado por los incendios de hace unos años. No es un paisaje feo, algunos pinos han reverdecido y podemos ver también sabinas pequeñas que nos llenan la imaginación de esperanza.
Aunque vamos bajando en dirección a la plana de Llíria, todavía hay algún que otro repechón. Pronto el paisaje se abre y podemos ver el Camp del Turia allí abajo. El esfuerzo realizado con más de 600 m de desnivel acumulado queda atrás y una prometedora bajada se dibuja en el horizonte.
Tomamos otro desvío que indica a Marines y nos hace dar una pequeña vuelta antes de llegar a Llíria. El pequeño rodeo está justificado por lo bonito del trazado, por las vistas y por la espectacular bajada.
Se acaba la sinuosa bajada y llegamos a los primeros campos de naranjos. Seguimos por una pista de tierra que continua descendiendo poco a poco. Tenemos Llíria siempre en el horizonte, marcándonos la dirección. Sorprende lo directo que nos acercamos, pese a la enlazada de diferentes caminos que vamos tomando.
Después de muchos kilómetros llegaremos a Llíria. Callejeando por su interior llegaremos a la plaza principal antes de terminar esta bici-ruta en la estación de metro.

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