Un recorrido de cuatro días entre robles y hayas.
Este itinerario, diseñado y guiado por mi amiga Elvira, empieza y termina en el conjunto histórico-artístico que forman la catedral de Santo Domingo de la Calzada y sus aledaños. Durante estos cuatro días hemos tenido oportunidad de visitar el imponente monasterio de Yuso en San Millán de la Cogolla y pueblos cargados de historia y belleza como Anguiano o Ezcaray. Este recorrido discurre por selváticos valles y atraviesa espesos bosques de pino, haya y roble que forman parte de un conjunto natural desconocido e inesperado.
Descripción de la ruta
Longitud: 171,6 Km Desnivel: 2136 m↑ y 2237 m↓
Tipo de Firme: Mixto en buen estado. Dificultad: Moderado
Duración: 4 jornadas
Esta ruta la podéis descargar en vuestro navegador desde mi página de Wikiloc.
https://es.wikiloc.com/rutas-cicloturismo/sierra-de-la-demanda
En teoría la ruta tenía que ser circular, empezando y terminando en Sto. Domingo de la Calzada, pero una fuerte tormenta nos disuadió nada más aparcar. En definitiva, la primera etapa de unos 40 km la hicimos en coche y, al terminar la ruta, los conductores tuvimos que volver en taxi desde Santo Domingo a por los coches que habían quedado aparcados en Anguiano.
De todas formas, si tenéis más suerte que nosotros y podéis hacerla completa, el trak que he subido empieza en San Millán de la Cogolla, concretamente en el monasterio de Yuso, a 17 km de Santo Domingo. El enlace entre Santo Domingo y San Millán está muy bien indicado.

Yuso es un imponente monasterio patrimonio de la humanidad donde se conservan los restos del Santo Millán. Previo pago de 7 euros te hacen una interesante visita guiada donde te cuentan la historia del lugar. Impresionantes son su iglesia, la sacristía y el claustro.
La ruta continúa entre campos por la carretera LR-331 en dirección a Bobadilla siguiendo el curso del río Ríocoja. Luego tomamos la LR-113 que nos lleva directos a Anguiano.
Fin de la primera etapa.
Dormimos en Anguiano, célebre por la danza de los zancos, declarada de interés cultural. En una tradición que se remonta al siglo XVI, ocho mozos del pueblo bajan escaleras y cuestas abajo dando vueltas sobre zancos de 50 cm. El vuelo de sus amplios faldones amarillos le da mucha vistosidad. Gente amable y acogedora los escoltan y paran en caso de caída.
Anguiano se encarama en una pendiente sobre la ladera del río Najarilla. Sus calles adoquinadas y estrechas, sus construcciones de piedra vista y su urbanismo caótico le dan sabor de pueblo serrano antiguo. Grandes moles de piedra caliza encuadran el lugar y caen a plomo sobre el río. Nos ha gustado mucho pasearlo.
En Anguiano nos alojamos en el Hostal- Restaurante Valdevenado donde nos facilitaron un sitio dónde dejar nuestras bicis.
La segunda etapa la iniciamos temprano porque la predicción anunciaba más lluvia por la tarde. Salimos de Anguiano siguiendo el curso del río Najarilla. El entorno selvático de las laderas por las que circula la carretera poco transitada y las vistas aéreas sobre el río nos obligaban a parar cada poco a hacer fotos. La mañana era preciosa y la carretera iba remontando el río en suave pendiente durante 33 Km antes de comer en Canales.
Lo peor de la etapa estaba por llegar, o lo mejor, según se mire. En Canales empieza un puerto de 7 kilómetros de subida constante hasta llegar al collado y tomar el desvío a Huertas de arriba. Desde este punto, nuestro final de etapa está a 5 km. y todavía faltan 2 de subida desde la desviación, así que paciencia, ya vendrá una estupenda bajada de 3 km hasta Huertas de Arriba.
La carretera sigue subiendo un par de kilómetros más, pero el bosque aquí es tan increíble que compensa sobradamente el esfuerzo. Hayas, Robles, y alguna Acacia conviven en armonía con el pino rojo, algunos de gran porte. Luego una frenética bajada con la vista puesta en una coqueta aldea en plena altiplanicie.
Varios estuvimos de acuerdo en que estos cinco kilómetros hasta Huerta de Arriba es de lo más bonito que se puede hacer en España.
Fin de la segunda etapa
En Huerta de arriba dormimos en una pensión, la única pensión que hay allí: Centro de turismo Rural Virgen de la Vega. En realidad es un piso habilitado en el que se echa de menos tener un baño en la habitación. Pero estábamos solo nosotros, así que estuvo bien.
Salimos en la tercera etapa rumbo, como no, a Huertas de abajo. Una bajada suave que pronto terminó en un desvío por una carretera que remontaba la ladera del valle. Otra vez subida, pero el collado está a menos de un kilómetro.
Arriba cruzamos la vía verde de la Demanda que tomamos en dirección a Barbadillos. En total fueron unos treinta kilómetros de vía verde, de tierra compactada, que asciende suavemente circunvalando valles y laderas hasta el puerto del Monquillo. La antigua vía pasaba el puerto por un túnel que te evitaba casi cien metros de ascensión, pero esta cerrado y un par de kilómetros antes de llegar hay que salir a la carretera. La sensación de plenitud que deja el recorrido entre bosques de Roble y Haya es difícilmente descriptible, hay que vivirlo.

Abandonamos la vía verde a la altura del conjunto monumental de Pineda de la Sierra. Nos dieron muy bien de comer y nos regalaron una visita guiada a su iglesia románica.

Después de comer continuamos por la misma vía verde rodeando el embalse de Arlanzón por el lado opuesto al de la carretera. Cruzamos por encima de la presa y continuamos río abajo. Unos pocos kilómetros más por carreteras anchas pero sin apenas tráfico, una fuerte bajada y llegamos a nuestro tercer destino: Pradoluengo.
Fin de la tercera etapa
En Pradoluengo nos hospedamos en el Hostal Adela. Otra vez el único sitio posible en el centro del pueblo.
La cuarta etapa empieza subiendo, un incordio para las ya maltrechas piernas. Luego una planicie hasta Fresneda de la Sierra donde empieza el segundo y último puerto de montaña de todo el recorrido. La pendiente no es excesiva pero se hace largo. Afortunadamente, las vistas sobre el macizo de la Sierra de la Demanda compensan el esfuerzo. Llegamos al alto de Pradilla y volvemos a entrar en La Rioja.
La bajada hasta Ezcaray es de las que crean afición. Compensa sobradamente todo el esfuerzo realizado. Hay que parar un momento en el monasterio de las tres fuentes y dedicar un buen rato a visitar Ezcaray, otro de esos pueblos increíbles que por suerte o desgracia se han convertido en destino turístico masivo.

La vuelta a Santo Domingo, que está a unos trece kilómetros, la hacemos por otra vía verde. La vía verde del Río Oja (Rioja) que discurre algunos metros por encima de la carretera en constante y suave bajada.
Llegamos a Santo Domingo de la Calzada viniendo desde el norte. Aquí deberían estar los coches pero se quedaron en Arguiano, a unos cincuenta kilómetros. Si hubieramos tenido más tiempo hubieramos podido hacer esta etapa al día siguiente, pero había que volver. A los conductores nos llevó un taxi: Taxi Aguilar 659 872 863 que nos cobró cincuenta euros a repartir entre todos.
Fin del viaje.
Este itinerario de cuatro días, junto a las tres noches que pasamos en Haro, ha sido una estupenda forma de conocer y disfrutar una comarca poco conocida de la geografía española. Una semana completa para conocer La Rioja Alta y la Sierra de la Demanda. Nos han encantado sus gentes y sus tradiciones, su paisaje natural y sus pueblos con encanto, y por supuesto, sus exquisitos vinos.
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